lunes, 8 de febrero de 2016

LUDWIG BINSWANGER (1891-1966): APUNTES CLÍNICOS

Abraham Moritz Warburg (1866-1929), más conocido como Aby, provenía de una poderosa familia aristocrática judeo-alemana de Hamburgo y fue heredero de una de las fortunas bancarias más grandes de la Europa decimonónica. Siendo joven aún renunció a su derecho a la primogenitura y a la dirección de los negocios familiares que pasaron a manos de Max, su hermano menor.
De todas formas, el legado económico de su familia le garantizó una vida señorial dedicada tanto al estudio de la filosofía, el arte y las religiones, como a la adquisición de libros; llegando a crear una deslumbrante biblioteca de sesenta mil volúmenes sobre historia del arte y filosofía, que actualmente sobrevive en Londres y continúa siendo consultada por grandes especialistas.
Aby  reveló desde niño una personalidad extravagante, caprichosa y  agresiva, llena de rituales, obsesiones y fobias; y fue objeto de diversos diagnósticos psiquiátricos tales como esquizofrenia o estado maníaco-depresivo. No obstante, en sus períodos de mayor compensación escribió muchos ensayos, realizó múltiples viajes (llegando a vivir con los indios Navajo en los Estados Unidos) y logró elaborar una interesante -aunque despareja- obra sobre la influencia de la iconografía antigua en la cultura europea contemporánea. Su proyecto más ambicioso fue el Atlas Mnemosyne, una colección de imágenes con el que se propuso narrar la historia de la memoria cultural de Europa.
En 1918, afectado por la caída militar de Alemania, Aby desarrolló un intenso delirio persecutorio, llegando a amenazar con un revolver a su familia para ofrecerles una muerte piadosa que los eximiría de sufrimientos mayores, que él intuía inminentes.
Reducido por la fuerza, fue finalmente internado en la clínica psiquiátrica Bellevue, en Kreuzlingen, Suiza, un famoso centro de recuperación dirigido por el doctor Ludwig Binswanger, psiquiatra fundador de un enfoque psicoterapéutico fenomenológico existencial, que fue discípulo y amigo de Freud.
Contemporáneo de los primeros psicoanalistas, Ludwig Binswanger había logrado notoriedad internacional por la riqueza y originalidad de sus informes clínicos y por su modo de interpretar los casos.
Conocedor de la obra de Warburg, con quien compartía muchos intereses, Binswanger lo aceptó con agrado como paciente y documentó regularmente lo que sucedía a lo largo de la intervención. Aunque Binswanger no tenía muchas esperanzas de lograr una adecuada recuperación de Aby, ensayó una larga serie de erráticos intentos (que no respondían a una estrategia definida sino más bien al ensayo y al error) que culminaron en una exitosa reinserción productiva de su paciente a nivel familiar y académico.
Al cabo de cinco años de tratamientos con hidroterapia; de cuidados permanentes brindados por un séquito de enfermeras y asistentes; de intervenciones directas e indirectas de las figuras más eminentes del momento, tales como Emil Kraepelin, Sigmund Freud, y Hans Berger (pionero del electroencefalograma); de conversaciones cultas; e indicaciones farmacológicas de opiáceos y barbitúricos; Warburg consiguió demostrar su nuevo equilibrio psíquico brindando una conferencia en la propia clínica sobre los rituales con ofidios de los indios hopi. Disertación basada en observaciones que él mismo había registrado en su viaje a EE.UU. en 1895. Esta exposición que luego se publicaría en 1939 bajo el título de “Conferencia sobre el ritual de la serpiente” y que continúa siendo estudiado como un texto extraño, lleno de ingeniosos apuntes y sugerencias, jalonó el fin de un proceso y le brindo a Binswanger un renovado prestigio que atraería a nuevos pacientes con importantes trastornos psíquicos como los bailarines Vaslav Nijinski y  Mary Wigman.
Este libro recientemente publicado recoge los apuntes de Binswanger a lo largo de la internación; un ensayo sobre su modo de entender la clínica; además de una gran cantidad de cartas y fragmentos autobiográficos escritos por Warburg en ese período; y una selección del intercambio epistolar que mantuvieron ambos luego del alta.
Quizás el valor más significativo de esta compilación (dejando de lado a los posibles biógrafos de ambos autores) sea el poder observar más de cerca el estado del discurso de la psiquiatría en ese momento histórico. Las cuidadosas anotaciones de Binswanger permiten una buena comprensión tanto del arsenal terapéutico y farmacológico disponible en su época como de las especulaciones científicas sobre la naturaleza de la enfermedad mental.

La curación infinita. Historia clínica de Aby Warburg de Ludwig Binswanger y Aby Warburg. Adriana Hidalgo editora. Buenos Aires. 2007. 342 págs.


Juan E. Fernández Romar

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