jueves, 11 de febrero de 2016

NIETZSCHE SEGÚN VATTIMO


Introducción a Nietzsche de Gianni Vattimo, Ed. Península, Barcelona, 1996, 220 págs. (Publicado originalmente en el Suplemento Cultural del diario El País)

Junto con Marx, Nietzsche ha sido uno de los dos filósofos alemanes del siglo diecinueve más influyentes en el pensamiento contemporáneo y en ambos casos sus respectivas obras han sido objeto de la más diversas interpretaciones. Pero a diferencia del fundador del materialismo dialéctico, Friedrich Nietzsche (1844‑90) hizo gala de una deliberada falta de sistematicidad en sus escritos, encargándose además de convertir esa característica en un peculiar estilo de pensamiento. Hecho que sumado a diferentes contradicciones presentes en su vasta producción propició las lecturas más disímiles.
Algunos han visto en sus trabajos el reflejo de un Rousseau alemán que pasó por un período “voltaireano” para desembocar con su Zaratustra en curiosas fórmulas místicas. Otros lo emparentaron vocacionalmente con los grandes moralistas alemanes como Kant o Eduard von Hartmann y señalaron que la verdadera intención de Nietzsche era enseñar al hombre su potencial autonomía.
A pesar de la célebre sentencia nietzscheana “Dios ha muerto” y de sus virulentos ataques a las iglesias no faltaron los críticos religiosos que vieron en sus libros una formulación radical del pensamiento cristiano. En tal sentido, el célebre teólogo Paul Tillich creyó atisbar ‑gracias a complejos malabarismos conceptuales‑ una extraña búsqueda nietzscheana de “Dios más allá de Dios”
Pensadores como Jaspers también arrimaron agua a su molino intentando leer a Nietzsche en clave existencialista, aproximándolo al amargo danés Sören Kierkegaard mediante una jerarquización deliberada de algunas de sus obras como Humano, demasiado humano o La Gaya Ciencia en desmedro de las restantes.
El escritor Irving Yalom colaboró recientemente en la diversificación de interpretaciones, proponiendo en su novela El día en que Nietzsche lloró la hipótesis de que el germen del pensamiento psicoanalítico debe ser rastreado justamente en la obra del inventor del “superhombre”.
En virtud de nuevas lecturas hay quienes se animan a presentar a Nietzsche como un epistemólogo moderno que abandona la racionalización de lo real para abocarse a la racionalización del conocimiento y su posibilidades.
Por otra parte, tanto los anarco‑individualistas contemporáneos como los nazi‑fascistas han elaborado sus propias traducciones de la “voluntad de poder” enunciada por aquel sufriente filósofo de emblemáticos bigotes, que arrastró desde su juventud las secuelas de la sífilis y que terminó sus días con un grave desequilibrio mental. Padecimiento que llevó a varios psiquiatras a simplificar la cuestión y a señalar que en todos sus libros es posible encontrar las marcas de la locura y las huellas del delirio.
Con paciencia digna de un preso a perpetuidad, Vattimo revisa cuidadosamente más de un siglo de ensayos sobre Nietzsche, reseñando las diferentes líneas interpretativas pero descuidando casi totalmente la información básica de los diferentes autores que se han animado a opinar .
No es la primera vez que Vattimo (filósofo contemporáneo nacido en Turín que desde mediados de los años ochenta alcanzó notoriedad internacional gracias a sus reflexiones sobre la posmodernidad y el denominado “pensamiento débil”) analiza la obra de Nietzsche. Ya en 1974 había publicado El sujeto y la máscara. Nietzsche y el problema de la liberación y en 1981, (cuatro años antes de redactar este manual) escribió Más allá del sujeto. Nietzsche, Heidegger y la hermenéutica, convirtiéndose en su más destacado intérprete italiano. Incluso se ha señalado que la obra de Vattimo debe ser entendida como una recontextualización del pensamiento de Nietzsche y Heidegger.
A diferencia de lo que Vattimo muestra en otros libros (La sociedad transparente; El fin de la modernidad) en éste opina poco, limitándose a enunciar su tesis sobre Nietzsche; análisis que curiosamente encuentra una exposición mucho más clara en Ética de la interpretación, libro escrito en forma casi simultánea a esta introducción aunque publicado algo después.
Según Vattimo, Nietzsche funda una ontología nueva, “posmetafísica”, que capta el ser como evento, como una configuración particular de la realidad en un momento histórico determinado e intransferible.
A lo largo de su investigación, Vattimo se relega a un discreto segundo plano haciendo hablar a otros, en un explícito intento de construir una guía actualizada de lectura de uno de sus héroes intelectuales. Impulso que deja entrever en su arquitectura un delicado trabajo de indagación hecho por y para la academia de su país. De ahí que su alcance y utilidad sea relativa, siendo de exclusiva utilidad de estudiantes e investigadores.
Hilando más fino también es posible conjeturar ciertas rivalidades escolásticas o nacionalistas cuando soslaya casi totalmente a los franceses Michel Foucault y Gilles Deleuze, que durante décadas se ocuparon de revitalizar numerosos planteos nietzscheanos. Autores que apenas son mencionados mientras que Vattimo le dedica una espacio mucho mayor a otros actores del esta historia, partícipes de un magisterio mucho más discutible o bien inexistente.

Juan E. Fernández

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