jueves, 11 de febrero de 2016

TRATADO DE LA EFICACIA

TRATADO DE LA EFICACIA de François Jullien, Ed. Perfíl, Buenos Aires, 1999, 223 págs. (Publicado originalmente en el año 2000 en el País Cultural).

    Con cuarenta y ocho años de edad y casi una década de trayectoria como autor destacado, Jullien pertenece a la última promoción francesa de "pesos pesados" en filosofía. En la actualidad profesor de Paris VII y Presidente del Collège  International de Philosofie. Pese a gozar de un gran prestigio en su país aún no tiene un reconocimiento internacional notorio tal como sucede con varios pensadores de la generación de sus maestros  como Jean Baudrillard  o Pierre Bourdieu y probablemente no lo obtenga nunca ya que su estilo es demasiado académico y poco provocativo. No tiene la chispeante imaginación de Baudrillard ni la contundencia de Bourdieu y revela una actitud mucho más reposado y complaciente frente al estado de las cosas.
    Jullien comparte numerosos intereses con la generación de sus maestros preocupándose por las dimensiones éticas y políticas de la vida cotidiana pero labra en otros campos. Su especialidad es la sinología, es decir, el estudio de la lengua y la cultura china y ha intentado tender numerosos puentes que permitan a un occidental contemporáneo entender por qué los chinos son cómo son. Para Jullien "El Occidente activo siempre soñó con su reposo en el Oriente." y para lograr ese sueño es necesario reflexionar sobre las formas de actuar y sobre la noción de eficacia, uno de los valores cardinales de las sociedades contemporáneas desarrolladas.
    A lo largo de doscientas páginas Jullien se pasea por cuestiones políticas, morales, y de estrategia bélica, en las que contrasta a pensadores chinos de la antigüedad(principalmente siglos IV y III A.C.) con sus pares occidentales de diferentes épocas (Aristóteles, Maquiavelo, Clausewitz, etc.) para analizar comparativamente sus ideas acerca de la eficacia.
    Según Jullien en la cultura china se ha gestado un concepto de la acción eficaz muy diferente de la occidental. En la tradición occidental primero se acostumbra a elaborar un plan con proyección de futuro que conduce a un fin predeterminado para luego definir el encadenamiento de medios más adecuados para realizarlo. En la tradición china el enfoque es otro. El estratega chino primero repara en las relaciones de fuerza en acción para apoyarse en los factores favorables implícitos en la situación. Como las circunstancias son a menudo imprevistas e incluso algunas veces pueden ser inéditas la tradición china indica no trazar un plan de antemano sino aprovecharse de las potencialidades inherentes a esa correlación de fuerzas para sacar partido de lo que de una u otra forma va a precipitarse. Por eso el estratega chino no planifica ni proyecta simplemente sigue los acontecimientos, canalizándolos y potenciándolos, para reubicarse y poner la escudilla debajo de donde el agua va a desbordar. Su estrategia consiste en hacer evolucionar la situación para que el efecto precipite progresivamente y sea apremiante.
    Jullien hilvana diversas dimensiones políticas, éticas, y estéticas de Oriente y Occidente mediante sus respectivas nociones de causalidad y de acción eficaz, otorgándoles un carácter central en el pensamiento y considerando que las mismas han marcado las posibilidades de decir y conocer de un lado y otro del mundo.
    La forma en que Jullien relaciona los saberes y las prácticas, los discursos y sus formas de perturbar el mundo. obliga inevitablemente a  pensar en el legado de Foucault, autor al que curiosamente no cita nunca.

                                                           Juan E. Fernández   

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